Tradición inmemorial
Tulpetlac es el lugar de la Quinta Aparición Guadalupana, es decir, donde la Virgen María se apareció a Juan Bernardino, le sanó y le reveló el nombre “Guadalupe”, con el cual quería ser llamada. Este es el lugar de la Quinta Aparición, según una tradición inmemorial, antigua ya para el tiempo de las Informaciones de 1666 (este es un documento testimonial y jurídico para conocer y aprobar la tradición guadalupana).
Juan Diego, siendo natural (vecino) de Cuautitlán, para 1531 vivía en Tulpetlac (Tolpetlac), con su tío Juan Bernardino. Es importante tener en consideración el significado de la palabra “vecino”, la que equivale a ser originario de cierto lugar y por ello siendo vecino de un lugar se podría vivir en otro lado, como se afirma de Antonio Valeriano, que era vecino de Azcapotzalco, constando que estaba en Tlatelolco, según Bernardino de Sahagún en el prólogo al segundo libro de su Historia General de las Cosas de la Nueva España. Sin embargo, esta palabra causó confusión en los informantes orales, a excepción de quien dio su testimonio por escrito, Becerra Tanco.
Luis Becerra Tanco y la confirmación de su testimonio
P. Luis Becerra Tanco
El Erudito sacerdote del Oratorio de san Felipe Neri, Luis Becerra Tanco, testigo mejor cualificado de las Informaciones de 1666, único en dejar su testimonio por escrito, donde señala a Tulpetlac por ubicación, como lugar donde vivía Juan Diego en diciembre de 1531 con su tío Juan Bernardino, es decir, señala Tulpetlac como lugar de la Quinta Aparición, con las siguientes palabras: “por los rastros que se han hallado” venía “del pueblo de tulpetlac, que cae a la vuelta del cerro más alto, y dista de él una legua a la parte del noreste”
Libro felicidad de México.
Tulpetlac como lugar de la Quinta Aparición es un dato confirmado por los historiadores guadalupanos: el sacerdote Doctor Francisco de Siles, realizador de las Informaciones de 1666, quien publicó la declaración escrita del padre Becerra Tanco, titulada Papel o también Origen milagroso del santuario de Ntra. Señora de Guadalupe, publicación que el padre Becerra Tanco corrigió y aumentó, escribiendo su nuevo título: Felicidad de México (que se quedó sin publicar).
El Padre Antonio de Gama, natural de Cuautitlán, quien fue designado para tomar las declaraciones de los testigos de las Informaciones de 1666, publica por cuenta propia y prologa el libro Felicidad de México en 1675. Llamandoles las noticias “mejor fundadas”, contrarias a las que él mismo recibió en las Informaciones lo que respecta a la Quinta Aparición.
El Padre Francisco de Florencia SJ en su obra Estrella del Norte de México… de 1688, afirma: “mientras el dichoso Juan Diego subía y bajaba del cerro con las rosas, la venditísima Virgen María se apareció en el pueblo de Tulpetlac, dos leguas distante del sitio de Guadalupe, a su tío Juan Bernardino, que luchando ya con las amarguras de la muerte, sea yo de repente con la madre de la dulzura y de la vida”.
La Topografía según el Mapa de Uppsala de 1555
El camino hecho por Juan Diego, el 12 de diciembre de 1531 fue de Tulpetlac a Tlatelolco, pasando por el Tepeyac. Es inverosímil pensar que salió de Cuautitlán, pues el camino usual de Cuautitlán a Tlatelolco no pasa por el Tepeyac (tanto en tiempos de Juan Diego como en nuestros días).
Si Juan Diego va de Tulpetlac a Tlatelolco le queda de paso el Tepeyac, que era uno de las calzadas acceso para llegar a la Iglesia de Santiago en Tlatelolco. Ahora bien, si hubiera venido de Cuautitlán no es necesario que pasara por el Tepeyac, porque la calzada que venía de Cuautitlán a Tlatelolco no pasaba por el Tepeyac. Aún más, si Juan diego el día de la cuarta aparición llevaba prisa y quería evitar ingenuamente encontrarse con la Virgen, lo más lógico es que avanzara en línea recta por la calzada que viene de Cuautitlán y que llegaba a Tlatelolco sin pasar por el Tepeyac.
Recreación del camino de san Juan diego en Google Earth
Estas mismas rutas existen desde tiempos de Juan Diego según lo sabemos por el Mapa de Uppsala, plano del levantamiento del Valle de México realizado en 1555. Este mapa fue realizado apenas a unos cuantos años de las apariciones, por un Cartógrafo Real del Emperador Calos V, Don Alfonso de Santa Cruz. Actualmente se ubica en la Biblioteca de la Universidad de Uppsala, Suecia. Fue dado a conocer a través de una copia realizada en los talleres litográficos del ejército sueco y coloreado a mano en Madrid en 1982 en la Exposición colombiana.
Vemos que la ruta que hizo Juan Diego yendo de Tulpetlac (Ecatepec) rumbo a Tlatelolco era necesario pasar por el Tepeyac, mientras que el mapa también nos muestra que yendo de Cuautitlán a Tlatelolco no se pasa por el Tepeyac, pues hay una ruta directa (hasta la actualidad).
Mapa de Uppsala
Presencia de sacerdotes Franciscanos en Cuautitlán
En 1531 ya existía presencia de franciscanos, pues este lugar fue de los que recibieron una pronta evangelización como lo afirman Fray Toribio de Benavente, Fray Gerónimo de Mendieta, Fray Agustín de Betancourt. Fortino Hipólito Vera citando a Orosco y Berra dice que “existe una cruz de piedra en el cementerio del pueblo de Cuautitlán, en cuya patena se señala que fue elaborada en 1525, el mismo año de la fundación del convento”.
Alonzo Núñez de Haro acepta la construcción de la Ermita en honor a la Quinta Aparición Guadalupana en Tulpetlac
Alonzo Núñez de Haro, Arzobispo de México.
El Arzobispo de México, Don Alonzo Núñez de Haro y Peralta, autorizó la construcción de la Ermita de la Quinta Aparición Guadalupana el 10 de marzo de 1789, por petición del Virrey D. Manuel Antonio de Flores, al que responde de la siguiente manera:
“He visto el expediente promovido por el cura y República del Pueblo de Santa María Tulpetlac, perteneciente al Curato y Alcaldía Mayor de San Cristóbal Ecatepec, en que solicitan licencia para erigir una capilla en el sitio en que según la común tradición de otros curato y pueblo, apareció la Santísima Virgen de Guadalupe al indio Juan Bernardino, tío de Juan Diego, le sanó de su enfermedad, y expresó el título con que quiso la invocásemos […] la tradición es constante en los citados curato y pueblo y en otros del contorno, y por lo mismo me parece pura y arreglada su solicitud”.
Esta afirmación es importante, porque proviene de la máxima autoridad eclesiástica de México de ese tiempo y confirma la tradición popular, apoyándola y por tanto acatando que este fue el lugar de la Quinta Aparición Guadalupana.
Cuadro de la “Choza de Juan Diego” en Tulpetlac 1803
Si bien, no se conoce la fecha de bendición de la Capilla de la Quinta Aparición Guadalupana de Tulpetlac, sí que consta que, en 1803, la Santísima Virgen Santa María de Guadalupe ya recibía culto en su capilla de Tulpetlac llamada “Choza de Juan Diego”.
Por otra parte, es importante recordar que la Capilla Guadalupana de Juan Diego en Cuautitlán, promovida por Doña María Loreto de Revueltas, se aprueba diez años después (27 de noviembre de 1799) y se erige con la finalidad de dar culto a la Virgen Santa María de Guadalupe y conservar en buena memoria a Juan Diego, en el lugar donde estuvo su casa, nunca se hace alusión a la Quinta Aparición de la Virgen al tío, de Juan Diego, Juan Bernardino, ni se erige con la finalidad de honrar la aparición de la Virgen a vidente Juan Bernardino, como lo es en Tulpetlac.
Antes de construirse la capilla de Cuautitlán, se promovieron unas Nuevas Informaciones Guadalupanas de 1789, donde se entrevista al ex párroco de Cuautitlán, Don Cristóbal de Mendoza, quien en su testimonio expresa que Juan Diego:
“Tenía contraído matrimonio con María Lucía, india del pueblo de Tulpetlac, con quien vivía en la casa de Juan Bernardino, su tío…”. Esto apunta a que efectivamente la quinta Aparición de la virgen a Juan Bernardino fue en Tulpetlac, así como la falta de tradición hasta ese momento en Cuautitlán de que la Virgen se apareció al tío de Juan Diego.
Algunos de los más importantes especialistas en guadalupanismo que se inclinan por afirmar que el lugar de la Quinta Aparición fue Tulpetlac, son los siguientes: Becerra Tanco, Florencia, Cayetano Cabrera, Quintero, J. Patricio Fernández de Uribe, Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, Esteban Antícoli, Primo Feliciano Velázquez, Ángel María Garibay, Garibi Tortolero, el P. Lauro López Beltrán en los primeros números de la revista Juan Diego, la R. M. Ana María Sada Lambretón, P. Fidel González Fernández, P. Eduardo Chávez, entre otros.